Comentario
Se encuentra esta iglesia en los valles de Liébana, en territorio de Cantabria, bastante apartado de la zona leonesa. Se restauró en 1896, con añadidos claramente erróneos en la cubierta, pero puede suponerse que en el interior se respetaron las trazas fundamentales, aunque es dudosa la situación de puertas y ventanas exteriores, especialmente por la falta de puerta en el testero occidental. En este caso, se puede observar la ordenación primitiva de una iglesia con capiteles leoneses, sin grandes alteraciones; todo el material de basas, fustes y capiteles es homogéneo y está labrado de una sola vez.
La organización de la iglesia es de planta central, de cruz con brazos iguales dentro de un cuadrado, y sobre su lado oriental tres capillas, más estrechas y cortas las laterales. Los arcos son de herradura, labrados en sillería de buena calidad y con el despiezo excéntrico del trasdós típico de los arcos visigodos. Las bóvedas son de cañón, todas en la misma dirección este-oeste, salvo las de los brazos laterales del crucero y las dos inmediatas por el este, que son perpendiculares al eje.
Puede observarse que los arcos de entrada a las capillas, con traza de medio punto, deben su forma a una modificación del original; el arco toral ha perdido sus salientes inferiores de la herradura, y se han remetido sus cimacios, al tiempo de sustituir las columnas primitivas por otras de fustes más cortos, que necesitan elevar las basas sobre bloques añadidos; la parte superior del arco tiene el dovelaje auténtico y sobre él una imposta delgada con tallos ondulados visigodos, que también aparece como apoyo de la cornisa en todo el perímetro exterior de los muros; la imposta que corona el arco toral se ha suplementado con dos bandas verticales, que pretenden simular un alfiz, lo que asegura que todas estas reparaciones se efectuaron en el momento en el que se introdujeron los elementos islámicos o mozárabes sobre una construcción anterior.
En cuanto a las capillas laterales, sus arcos son de dovelaje distinto, con traza rebajada y columnas colocadas con poco sentido, las basas suplementadas y los cimacios con gran vuelo, frente a los restantes de la iglesia que reciben siempre toda la anchura de la imposta. La disposición de las capillas es, en consecuencia, fruto de una notable reforma medieval, que aprovecha columnas originales; sólo la planta de la capilla mayor y el dovelaje de su arco toral están en su sitio, y quizás, en el primitivo edificio, no hubo capillas laterales.
El cuerpo del edificio, sin las capillas, tiene un trazado geométrico perfecto. Es un cuadrado de doce metros de lado, dividido en ambos sentidos en cuadrados de cuatro metros de lado. En los vértices de las intersecciones centrales de los nueve cuadros se han dispuesto pilares con columnas adosadas, que en la parte occidental se prolongan en los muros de dos cámaras laterales; el resto de los cuadros son los brazos de naves abovedadas, de las que resulta más amplio el crucero, ya que no pierde espacio por el grueso de los muros laterales.Las ocho columnas de las esquinas del crucero tienen la misma altura, ya que soportan arcos iguales, aunque en las del lado oriental el fuste es más corto porque pierde la altura del escalón allí existente. Los arcos laterales de la nave oriental, que antecede a la capilla, tienen columnas de menor altura, y en la misma proporción descienden algo más las columnas que separan los dos tramos de naves laterales, de acuerdo con la anchura de los arcos correspondientes.
De acuerdo con esta graduación de los arcos deberían descender las alturas originales de las bóvedas, desde un cimborrio central, que en la restauración mozárabe se ha desvirtuado al igualar las bóvedas del crucero y la nave oriental, con lo que se produce un extraño aspecto de doble crucero.
La disposición y el módulo del edificio primitivo corresponden a los modelos visigodos de iglesia de planta central, que la reparación medieval y la restauración moderna han transformado, en palabras de Gómez Moreno, en "un aborto artístico".